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La longeva reina Victoria de Inglaterra subió aupada en un palanquín hasta uno de los miradores, el de Känzeli, y no dudó en anotar después en su diario cuánto había disfrutado. "Nos hemos divertido muchísimo", dejó escrito. El autor estadounidense Mark Twain también era fan. Hasta el punto de declarar al lugar como "el más encantador de la Tierra". Antes, su colega Víctor Hugo se había dejado caer igualmente por este impresionante paisaje envuelto en magia y tinieblas en una de sus numerosas expediciones de altura como buen viajero empedernido que era.
No sorprende que conquistara a estos personajes teniendo en cuenta el sobrenombre que porta, la reina de las montañas. Así, en general, no de Suiza, donde se enclava, sino del mundo mundial. Hablamos del monte Rigi, un fenómeno de la naturaleza en pleno corazón de los Alpes rodeado de tres lagos, los de Lucerna, Zug y Lauerz, aunque desde su cima, allá arriba, en el Rigi Kulm, a 1.797 metros, se pueden ver hasta 13.
Ésta también es la cuna del turismo moderno, ya que protagonizó el primer viaje organizado de la historia. El culpable fue el visionario británico Thomas Cook, que hoy da nombre a uno de los mayores emporios del sector. A él se le ocurrió montar un Grand Tour desde Londres al Rigi, destino final del que ya se había oído hablar por los citados literatos. Se apuntaron 130 personas, que no dudaron en subirse a trenes, diligencias, barcos, burros o lo que hiciera falta para atravesar Francia y llegar a Suiza. Eso sí, sólo siete alzaron la cima del monte el 8 de julio de 1863.
La gesta motivó la construcción del tren cremallera de montaña más antiguo de Europa unos años después, en 1871. Se encargó el arquitecto Niklaus Riggenbach, francés de origen suizo, quien se empeñó en dar a conocer este tesoro natural. "Quiero que todo el mundo pueda viajar a la montaña y disfrutar de la gloria de este magnífico país", argumentó para el invento. Y todo, desde que en 1839 presenciara la inauguración de la locomotora que uniría París con St. Germain. Desde entonces, no quiso dedicarse a otra cosa. Y pasaría a la historia con este proyecto, logrando superar la pendiente del 25% del monte Rigi con el desarrollo de una cremallera entre los raíles y un freno a contrapresión. Tardó dos años en hacerlo realidad tras fijarse en un modelo que ya existía en Estados Unidos, donde consiguieron que el tren llegara al monte Washington, en New Hampshire.
El trayecto dura media hora desde el pueblo de Vitznau, en la ribera superior del lago de los Cuatro Cantones, recorriendo empinados pastos verdes, granjas, queserías, fotogénicas cascadas, casitas de cuento con la chimenea puesta y vacas rumiando felizmente. Hasta dicha localidad se puede llegar en un agradable paseo de algo menos de una hora en barco desde Lucerna, aunque su céntrica ubicación permite hacerlo también en tren (30 minutos) o coche (28 minutos). Desde Zúrich, tampoco se tarda mucho más: 38 y 37 minutos, respectivamente.
En locomotora de vapor
Además, no sólo se puede trepar en alguno de aquellos primeros vagones originales, con sus asientos de madera y su encantador aire vintage, sino que hay nueve tipos de trenes. Sin olvidar el teleférico que une la bucólica población de Weggis con la cumbre. Por su parte, de julio a septiembre, funciona la locomotora 7, la única de vapor del mundo que aún sigue activa, en la que se llevan a cabo visitas teatralizadas con personajes vestidos de época recibiendo a los pasajeros.
No en vano, una de las bazas de la zona es que puede disfrutarse los 365 días del año, ya que siempre hay servicio para llegar. Da igual la climatología. "Hay actividades de aventura tanto en invierno como en verano", destaca Frédéric Füssenich, CEO de la compañía Mt. Rigi Railways Ag, quien asegura que "los amantes de la naturaleza deben venir a este lugar al menos una vez en su vida". Motivos sobran, ya que las opciones de aventura se multiplican.
Con nieve, no sólo se puede esquiar, sino también paseos con raquetas, en moto, trineo o incluso carros de caballo. Con el buen tiempo, llegan las rutas de senderismo (hay más de 120 kilómetros señalizados), el ciclismo de montaña o los vuelos en parapente. También hay que probar una deliciosa fondue y darse un baño de aguas minerales en una piscina con vistas panorámicas.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
La aerolínea Swiss (swiss.com) ofrece vuelos directos de España a Zúrich. Desde allí, tren a Lucerna y barco hasta Vitznau, desde donde sale el tren cremallera rumbo a Rigi Kulm. Lo mejor es adquirir la Swiss Travel Pass (swisstravelpass.com), que permite desplazarse por el país en todo tipo de transporte público de forma ilimitada.
DÓNDE DORMIR
Hotel Rigi Kaltbad (hotelrigikaltbad.ch). Agradable hotel en lo alto de la montaña con vistas al paisaje alpino, spa, sauna y baño de aguas minerales. También hay que probar la fondue de su restaurante.
MÁS INFORMACIÓN
En las webs de switzerland.com y rigi.ch
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